El Municipio de Puerto Madryn, Chubut, creo el impuesto al viento y desató la alarma en el mundo de las energías renovables. Además, generó un malestar en los demás sectores al punto tal de que muchas empresas evalúan trasladarse a otras zonas.
Argentina suma más impuestos y esta vez la víctima es el rubro de las eólicas. A partir de enero, las empresas deberán pagar una tasa municipal de alrededor de 4,5% de los ingresos por el funcionamiento de los molinos.
Las empresas y rubros que nuclean al sector cuestionaron la medida en un comunicado: “Si bien todavía se están haciendo los cálculos para conocer cómo podría impactar en cada compañía, se estima que el monto es significativo, por eso la medida preocupó a todo el arco empresario de las energías renovables".
La Comisión Directiva de la Cámara Argentina de Energías Renovables (CADER) ratificó en al medio Depetroleo estar en contra "de un nuevo impuesto, canon o tasa, que implique mayor carga fiscal para el sector de las energías renovables, dado que amenazan seriamente su desarrollo y continuidad en nuestro país".
Este nuevo impuesto sumado a la crisis económica por la pandemia de coronavirus podría generar obstáculos en la continuidad del trabajo de las eólicas. El ex director de Promoción Nacional de las Energías Renovables durante el Gobierno anterior, Maximiliano Morrone afirmó que esta medida "es polémica".
Y agregó: "Dado que generan cambios en las reglas de juego sobre la marcha y eso nunca es bueno si se busca dar un marco de estabilidad para las inversiones. Es entendible la necesidad de recaudación de los municipios, sobre todo en este contexto, pero deben saber que de esta forma no van a atraer inversiones a futuro".
En consecuencia, las empresas evalúan la posibilidad de trasladarse a otra localidad u otro país que no les cobren más impuestos de los que ya pagan. Un caso es el de la pesquera Conarpesa, que anunció que se retira de Puerto Madryn y desembarcará en Caleta Olivia, provincia de Santa Cruz.
