Manuel Beccar Varela, el abogado acusado logró que la Justicia cerrara el caso tras un acuerdo. Había sido imputado de homicidio culposo agravado por conducción negligente por el hecho ocurrido en marzo de 2018.
El prestigioso abogado Manuel Beccar Varela logró que archivaran la causa en su contra tras un acuerdo con la familia de Tamara Suetta
El acusado de la muerte de Tamara Suetta, la joven a la que impactó con una lancha en el Delta en marzo 2018, consiguió lo que siempre quizo, la Justicia archivó la causa.
Beccar Varela habló con la familia de Tamara y llegó a un acuerdo dentro de un marco lícito, contemplado en la ley de resolución alternativa de conflictos.
La mediación se concretó semanas atrás, después de una audiencia para fijar las pautas del juicio, que estaba pronto a comenzar y cuyo comienzo quedó dilatado por la pandemia. Beccar Varela estaba acusado del delito de homicidio culposo agravado por la conducción negligente, imprudente y antirreglamentaria de un vehículo con motor, donde falleció tamara, y lesiones graves, por las heridas que ocasionó en Ángel Suetta y Elena Fontini, los padres de la víctima y sobrevivientes del accidente, en el Delta del Tigre.
Sin embargo, no llegó a sentarse en el banquillo de los acusados. En esa audiencia ante el Juzgado Correccional N° 1 de San Fernando, Beccar Varela ofreció cumplir con el castigo con una probation, que incluía un ofrecimiento de reparación de daño a la familia Suetta con una cifra de dinero muy importante. Hacía tiempo que el abogado quería dejar esta inquietud “sobre la mesa”, para escuchar a las víctimas aceptar o negarse al acuerdo.
En esa audiencia, el Tribunal le dio la palabra a la víctima querellante, que aceptó abrir una instancia de conciliación. La resolución alternativa de conflictos puede llevarse a cabo, según dice la ley, hasta antes del inicio del juicio. Si las partes aceptan, como ocurrió en este caso, el caso debe ser archivado por el fiscal de instrucción: el acuerdo no implica la aceptación de la culpa por parte del acusado. Es decir, al conseguir el acuerdo, Beccar Varela conserva limpio su prontuario.
Según contaron fuentes del caso con acceso al expediente, la instancia de mediación fue breve y el pacto entre las partes se resolvió pronto. Beccar Varela le pidió disculpas a la familia y consideró que la muerte de una persona no tenía precio. No obstante, les ofreció una reparación económica superior a la que se calcula en casos similares.
La investigación, primero a cargo del fiscal Mariano Magaz y luego a manos de Sebastián Fitipaldi, no lo dejó bien parado al abogado, que iba a enfrentar un juicio que difícilmente no terminaría en condena. La pena por el delito más grave que se lo acusaba es de hasta cinco años y la de lesiones leves tiene una condena máxima de tres. Beccar Varela nunca estuvo detenido por el caso y probablemente la condena tampoco lo iba a mandar a la cárcel. Pero las pruebas en su contra eran contundentes.
En las pericias quedó demostrado que el abogado conducía su lancha “Bicuña” con más alcohol del permitido por la ley: se constató que tenía 0,83 gramos de alcohol en sangre, cuando el máximo permitido es de 0,50 gramos.
El choque ocurrió cerca de las 20 horas el 23 de marzo. Beccar Varela timoneaba su lancha por el carril contrario al que debía e impactó contra la embarcación “Correcamino”, que manejaba Ángel Suetta, de 63 años en aquel momento, en una curva. En la proa, pero mirando hacia popa, iban su esposa Elena Fontini y la hija de ambos, Tamara. El choque fue frontal. El impacto fue inesperado y violento. La lancha del abogado le dio en la cabeza a Tamara, que murió en el acto.
Los tres tripulantes de “Correcamino” cayeron al agua. Fueron rescatados por un vecino que escuchó el estruendo del golpe y se lanzó al agua, y por personas que venían en otra lancha. Todos ellos, más Beccar Varela y sus amigos, asistieron a las víctimas.
En su dictamen final de elevación a juicio, el primer fiscal de instrucción, Mariano Magaz, consideró que “sus reflejos y percepción pudieron haber estado disminuidos” por el consumo de alcohol y que eso pudo haber contribuido en la dificultad que tuvo para evitar el choque, que consideró “a las claras” una omisión del deber de cuidado que debía mantener en su condición de timonel de una embarcación a motor en la que circulaban, además, seis personas más: sus amigos.
Ángel Suetta sufrió una fractura de su vértebra C7, una herida cortante en el muslo derecho de ocho centímetros y un golpe alrededor de su ojo izquierdo. Fontini padeció la fractura de su clavícula derecha, fisuras en sus costillas y una herida cortante en su cabeza de cuatro centímetros. Tamara, que recibió el impacto de espaldas, murió al instante.
