El anuncio del Gobierno de Kicillof de un aumento para los integrantes de la Policía Bonaerense no logró apagar todos los focos de protesta que desde este lunes al mediodía retumban en el conurbano y se replica en gran parte de la provincia
Este martes continúan las protestas en La Plata, Ensenada, Avellaneda, Merlo, San Martín y Tres de Febrero.
El planteo incluiría –en algunos casos- no tomar “posesión de la guardia”. Aún cuando este martes el ministro Sergio Berni dijo que “todos están tomando sus puestos”. Desactivar el planteo de manera rápida resulta estratégico para evitar una escalada que extienda la protesta a todo el territorio.
Esta mañana el jefe de Gabinete bonaerense, Carlos Bianco, anunció que el fin de semana se conocerían detalles de la mejora que alcanzará a los 90 mil integrantes de la mayor fuerza civil armada del país. Fue en una conferencia urgente que se hizo en Autopista Riccheri y Camino de Cintura –Puente 12, donde tiene el comando el ministro Berni–.
Resultó una reacción refleja a los “sirenazos” que se escucharon este lunes y ya entrada la madrugada del martes en el Gran Buenos Aires, con policías uniformados y patrulleros que cortaban calles en Almirante Brown, Morón, Lomas de Zamora, Tres de Febrero y otros puntos que se identifican como “zonas rojas” por los índices de inseguridad pública. También hubo reclamos en el interior bonaerense.
La respuesta alcanzó el objetivo a medias. A media mañana continuaba el “piquete policial” en Espora y diagonal Brown, de Adrogué, que fue como el epicentro de la protesta. Un reclamo que se convocó por las redes sociales y que transitó por los bordes de la legalidad.
Es que la Policía de la Provincia tiene vedada la sindicalización. Por eso los disparadores fueron posteos en un sitio de Facebook (Policías Reclamando) que tiene más de 40 mil seguidores y las cadenas por whatsapp. También asumió la representación del reclamo una ONG, que tiene la denominación de Sindicato de Policías Bonaerenses (SIPOBA) y que hace años pelea –en la Justicia- por obtener la autorización con formato de gremio.
Bianco y Berni pospusieron los detalles del futuro aumento. Sólo explicaron que los agentes tienen “un retraso del 30%”. Y que la posibilidad de la mejora se estudia en los despachos oficiales desde “hace 10 días”.
El último ajuste en los haberes para uniformados rige desde noviembre de 2019. De acuerdo con esa escala salarial, el oficial ayudante cobra de bolsillo 34.700 pesos. Un comisario percibe 72.500 y un superintendente (máximo rango del escalafón) 157.900.
El SIPOBA pide una “equiparación con la Policía de la Ciudad”. Allí el salario más bajo está cerca de los 60 mil pesos. Aunque por ahora en la Provincia los funcionarios mantienen en secreto la mejora, no llegaría a ese piso. Se estudia una suba de entre 40 y 45%. El escalón más bajo llegaría entonces a 48.000 ó 50.000 pesos.
