Este caso conmocionó a todo el país y por el hecho hay ocho rugbiers imputados que se encuentran detenidos por el homicidio.
Este 18 de enero se cumple un año del crimen de Fernando Báez Sosa en la ciudad balnearia de Villa Gesell, perpetrado por parte de un grupo de jugadores de rugby, quienes lo asesinaron a golpes y patadas a la salida del boliche Le Brique.
La víctima falleció en el acto a raíz de una fuerte contusión en el cerebro provocada por los múltiples golpes y la patada final de uno de los homicidas, Máximo Pablo Thomsen, cuando el joven yacía en el suelo convaleciente.

Este caso está caratulado como "homicidio doblemente agravado por su comisión con alevosía y por el concurso premeditado de dos o más personas", y las imágenes de la brutal paliza propinada a Fernando quedaron registradas gracias a las filmaciones que aportaron algunos testigos.
Lo que sucedió conmovió a todo un país, que empatizó desde el primer momento con los papás del muchacho asesinado, Silvio Báez y Graciela Sosa, quienes expresaron: "La forma en que masacraron a Fernando es imperdonable. El momento más duro fue cuando recibimos la noticia de su muerte".
A un año, y luego de haber sido recibidos por el Presidente Alberto Fernández, Graciela pidió entre lágrimas "que se haga justicia y que esto no quede en la nada, porque mi hijo no vuelve nunca más".
La fiscal Verónica Zamboni, a cargo de la causa, dispuso la detención de los ocho acusados de haber tenido un rol activo en este crimen: Máximo Pablo Thomsen, Ciro Pertossi, Enzo Comelli, Matías Franco Benicelli, Blas Cinalli, Ayrton Viollaz, Lucas Pertossi y Luciano Pertossi, para quienes la funcionaria ya pidió juicio oral. Juan Pedro Guarino y Alejo Milanesi, en tanto, fueron sobreseídos por considerar que no estaban en el lugar y momento preciso donde se cometió el asesinato.
