El joven identificado como Lautaro recibió un disparo en la pierna para ser controlado. Según se pudo determinar días antes del hecho, había perdido a su papá y a su abuela por coronavirus. Sospechan que tuvo un brote psicótico.
“Todo indica que tuvo un brote. No tenía patologías de base, pero tampoco estaba en condiciones de declarar. No tiene en claro qué fue lo que pasó”, confió una fuente judicial a 0223.
El fiscal Fernando Castro imputó al joven por el delito de amenazas agravadas por el uso de arma.
El viernes Lautaro ingresó a la comisaría segunda gritando "hoy se pudre todo", con un cuchillo con el que amenazó a los policías que estaban allí. Primero intentaron calmarlo hablándole. Al no lograrlo un policía le disparó con postas de goma en las piernas, pero el joven solo se retiró unos metros y siguió con las amenazas a los efectivos.
Un policía sacó su arma reglamentaria y le pegó un tiro en la rodilla derecha para poder neutralizar al joven, que fue trasladado a la guardia del Hospital Interzonal General de Agudos (Higa).
“Su primo se va a hacer cargo de él, porque la mamá tiene una discapacidad en la columna. Los mismos policías quedaron conmovidos por la historia”, contó a 0223 el exdirector de Protección a la Víctima del municipio, Gastón Herrera, quien viralizó la historia de Lautaro.
Se está a la espera de los informes psicológicos y psiquiátricos que determinarán si el joven comprendía lo que hacía en ese momento, el fiscal ordenó la intervención de la Justicia de Familia para que tome cartas en el asunto. “La justicia penal es la última que debería actuar acá. Hay muchos otros efectores del Estado que tienen que responder”, indicaron.
